
Por la mañana se me hizo tarde, porque me quede platicando con una pareja chilena; quienes estaban haciendo el Camino en bici de montaña por la vereda. Nos quedamos platicando las anécdotas de nuestras diferentes modalidades, ello por la terracería y yo por la carretera. Lo más sorprendente fue cuando me dijeron que ellos no hacían bici regularmente, decidieron su viaje con un año de anticipación y comenzaron a transportarse en distancias no mayor a 10 km diarios... Y estaban a más de la mitad del camino! No cabe duda que el que se propone algo lo logra!!
Para decir verdad, este fue el día en que sentí por primera vez un cansancio mental que en verdad me puso a delirar. A pesar de que fue una distancia considerable, el viento fue el factor sorpresa, alrededor de 25 a 30 km por hora de frente; no podía dejar de prestar atención a como se erguían en todos los cerros decenas de plantas eólicas que giraban sin cesar.
El viento genera una sensación en la piel de escalofrío constante, para lo cual hay que usar el rompevientos; nada agradable en esta zona de Castilla y León donde el sol empieza a pegar de nuevo. El sonido que genera el viento en los oídos es criminal después de un par de horas, ni los audífonos generan una distracción total.
Al final ya no tenía mucha cabeza para seguir, el GPS me daba ánimos marcando solo 20 km para Sahagún. Creo q este fue el momento más frágil de todo mi viaje, el cansancio físico y mental se habían conjugado, no soportaba un segundo más sobre la bici, odiaba mis alforjas y detestaba Sahagún sin haber llegado.
Por fin en el pueblo, justo en la entrada vi un hotel que se veía bastante caro, pero de verdad ya no podía mentalizarme a dar un solo pedalazo más. Por suerte, el Hotel Puerta de Sahagún tenía un descuento para los peregrinos, habitación por 30€ con una regadera a presión que me hizo resucitar. Y en el restaurant la versión española de la hamburguesa gringa, un bocadillo con huevo, jamón, tocino (perdón..... Beicon tio!!!!!!!!!), carne de hamburguesa y cebolla por todos lados, se me olvido el dolor del trayecto.

Antes de subir a mi cuarto, en lo que metía la bici, una pareja se acercó y sin pensar me dijo el tipo que porque si era un peregrino, me quedaba en un hotel, que buscara un albergue; de verdad estaba tan cansado que ni siquiera me justifique. Pero a lo mejor alguno de ustedes tienen la misma duda; desde el principio del viaje tenía planeado gastar en cada lugar alrededor de 40€ en hospedaje, esta decisión fue porque al menos yo valoro demasiado mi sueño y dormir en un cuarto compartido sabía que podía estropear mi descanso y tener que adaptarme al horario de los demás. otra lección de mi Camino, haz lo que tú quieras no lo que piensas que lo demás quieren. Pero respeto la tradición y amabilidad de todos los albergues.
Distancia Total: 91 km Castrojeriz a Sahagún
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