Dia 5 Zaragoza


Me desperté muy temprano por que todos me dijeron que Zaragoza es un ciudad preciosa que merece caminarse. 

El camino fue bastante agradable un enorme desierto rojo, que asomaba pequeños pueblos en los cerros. La vista es preciosa pero de nuevo el calor infernal. La mayor parte del trayecto fue descenso de la Sierra, de casi 300 m a 190 m a la que se encuentra Zaragoza.

En la entrada encontré una tienda de bicicletas, Universo Bike, con un chavo super buena onda que cuando me vio sabía que era mexicano y que mi bici necesita una buena checada y la consintió porque quedó como nueva, además de que me hizo el gran favor de meterla en la línea de trabajo para que estuviera ese mismo día y mucha suerte porque al otro día iban a rodar con su grupo, para lo que tenía que ajustar varias.


La novia de este chavo resultó que había viajado a México y conocía
 Puebla, acordando que Puebla y Zaragoza tienen ese mismo "no se qué".

Como era viernes había mercado medieval donde vendían cantidad de hierbas y comida. 


En la Catedral del Pilar que es preciosa, visite la sacristía para que el Padre me sellara mi carnet, al parecer no tenía el don de la gracia porque era bastante malencarado. 


Zaragoza es una ciudad muy cómoda para transportarse en la bicicleta, es menos caótica que Barcelona y las calles son más amplias lo que permite agarrrar buenas velocidades, y juzgando lo que pude ver es una ciudad ciclista que de verdad ama la bici y le gusta jugar con ella.

Ese día me hospedé en el Hotel París por 45€ con desayuno incluido, muy agradable ya que permite descansar plenamente.


Distancia Total: 74 km Bujaraloz a Zaragoza

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