Dia 6 Tudela



El desayuno estaba sencillo pero lleno de huevos cocidos que me ayudaron a meterle gasolina al tanque, salí tardísimo porque Zaragoza es una ciudad que vale la pena recorrer hasta terminar agotado. 




Saliendo de Zaragoza mi la ruta del GPS marcaba que debía de transitar por la E-804. Sin embargo después de 30 minutos aproximadamente, varios coches que me rebasaron me tocaron el claxón, en México se usa para todo el claxón que uno le pierde miedo, pero cuando eso sucede en el primer mundo de verdad es un señalamiento. 

Consternado me paré a checar el GPS e indicaba que donde estaba era la AP-68, que quiere decir AutoPista y se indica en azul; por lo que esta prohibido transitar en bicicleta y lo peor es multa arriba de 100€. Me detuve y en un telefono SOS le pedí ayuda a un policia, que en vez de ayudarme me dijo que debía salir de ahí pero no podía ni seguir para adelante ni para atrás porque estaba prohibido y además enviaría una patrulla. En segundos desmonte la alforja, la aventé sobre la malla de contención, luego la bici y al final yo; un poco de tierra y raspones pero mis valiosos euros a salvo.

Me encontré en un sistema de carreteras rurales que iban a lo largo del Río Ebro lo que generaba una sensación refrescante de humedad y que terminarían sacándome a la A-126, donde recobre la ruta del GPS. La verdad fue una excelente extraviada, que a pesar del tiempo que perdí conocí una parte llena de vida e historia; lo que iban a ser 20 km en pista casi en 2 horas se volvieron casi 35 en tierra en 3:30 hrs

El calor estaba insoportable, ese día a las 3 de la tarde la temperatura subió a los 42º, tuve que hacer una parada en una gasolinería donde me hice amigo del señor que atendía, Miguel; me dejó comprar agua y gatorade y meterlo un rato al congelador en lo que me despejaba un rato. Resultó que al ver mi bandera de México en la mochila sacó su Mp3 Player y me puso narcocorridos que ni había escuchado, me confeso que era amante y que se imaginaba con un Tortón lleno de cocaina con tres mujeres y una pistola plateada... me moria de la risa oyendo sus cuentos, pero vaya imagen que proyectamos al mundo, Cochiloco!




Antes de llegar a Tudela hay que atravesar un parque natural llamado las Bardenas del Rey, un verdadero espectáculo, un desierto de arcilla roja con enormes cerros totalmente árido es como estar en Marte. Este Parque es la gran evidencia del cambio climático y su impacto, ya que se debe a una tala excesiva para todo el armamento y flota española durante siglos, al final termino siendo un desierto tan improductivo que el Rey Felipe V lo designo como los jardines reales, en el que no habría títulos propietarios y sería utilizado por los pueblos vecinos como zona de pastoreo para ganados inmensos de cabras.


Después de horas de travesía bajo el sol, logré llegar a Tudela en la Comunidad Autónoma de Navarra, mi plan era llegar a dormir pero llegue a una ciudad pequeña pero muy mística con pequeños callejones. El Padre de la iglesia me recibió muy amable y me dio muchos ánimos para continuar. Poco después me entere que esta ciudad ha sido un sitio emblemático de la guerra entre moros y cristianos, siendo la Catedral de Tudela una fusión de mezquita e iglesia, ademas de que se secciona en barrios que fueron divididos en su momento por creencias religiosas; lo que explica esos misteriosos callejones.


Ese día me hospede en el Hotel Remigio de 40€, del cual quede agradecido que tuviera clima ya que este recorrido se caracterizo por el SOL.

Distancia Total: 102 km Zaragoza a Tudela

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